Mary Poppins es una de las películas de Disney más queridas. Un musical que en su tiempo enganchó a chicos y grandes, hasta ser hoy en día una obra de culto. Parte de ese éxito se debió a la gran interpretación de Julie Andrews como Mary Poppins, papel que le valió el Óscar a mejor actriz en la entrega de 1965.
Disney ha venido reviviendo sus grandes clásicos animado y llevándolos a la acción real dándoles nuevos aires que les hagan ganar nuevos seguidores. Y dentro de esos proyectos decidieron revivir a la niñera prácticamente perfecta en todo. Pero más allá de una nueva cinta, se la jugaron con una secuela directa de la cinta de 1964, lo cual lo convierte en la película que más años vio pasar para que llegará la segunda parte: 54, para ser exactos.
Además de que para esta nueva aventura se lucieron con la presencia de Dick Van Dyke, quien formó parte del elenco original en el papel de Bert. Ahora, a sus 93 años, entrega una de las mejores escenas de toda la película. También aparece Angela Lansbury, también de 93, como otro personaje que aparece en la original.
El regreso de Mary Poppins se ubica 20 años después de la partida de la primera niñera. Ahora los niños Banks han crecido y son unos adultos con problemas financieros. Michael es padre de tres niños, es viudo y está cerca de perder la casa que le heredó su padre el banquero. Mientras que la hermana Jane se dedica a luchar por una mejor paga para los trabajadores ingleses durante la gran depresión. Es aquí donde regresa la nana mágica, Mary Poppins, ahora interpretada de forma casi perfecta por Emily Blunt, quien sin duda entrará en la carrera por el Oscar a mejor actriz y si llega a levantar la estatuilla será más que merecido. Hace que no se extrañe a Julie Andrews, sino que enamora con su gran interpretación, se adueña del personaje y destaca cada uno de los guiños de esta mujer que hace posible lo imposible: su vanidad, su altanería, su misterio y sobre todo sus buenos dotes para cantar.
La película es de una manufactura impecable, se nota la mano del director Rob Marshall (Chicago), un experto en adaptar musicales al cine. Este es un musical en forma, lleno de canciones y coreografías bien logradas, aunque justo en el tema de las canciones es donde las cosas no llegan a ser perfectas. El problema es que en esta secuela no tenemos la canción pegajosa que cantaremos todo el día después de salir del cine. Sí deslumbran en la parte visual, pero en el musical se siente lejos de temas originales como “Step in time”, “Supercalifragilisticexpialidociouso” o “Chim chim cher-ee”.
Teniendo como segundo punto en su contra la historia, que no es original y más bien se dedicaron a calcar lo conocido en algo nuevo estelarizado por Emily Blunt, por lo que en ocasiones se siente como si estuviéramos viendo la misma película y no una segunda parte. Dos puntos flacos, que sin embargo no hacen que la calidad decaiga y se nos entregue una de las películas musicales más entrañables de los últimos años.
Otro de los grandes aciertos es darle el rol coprotagónico a Lin-Manuel Miranda, un extraordinario artista de Broadway que ha brillado en Hamilton, y que aquí entrega una actuación convincente como Jack, quien ya no limpia chimeneas, ahora es un farolero. Sus apariciones musicales rayan en la perfección, pues muestra sus grandes dotes como cantante, utilizando ese estilo que está cerca del hip hop y que hace que suene tan bien. Esto nos refleja la necesidad de modernizar el musical a través de sus presentaciones, lo cual tampoco es molesto, por el contrario se agradece. Lin-Manuel seguramente será un candidato sólido para aparecer en la entrega del Oscar, pues ya sabemos lo mucho que a la Academia le gusta nominar a actores y actrices que aparecen cantando en musicales.
El regreso de Mary Poppins es mucho más de lo que me esperaba, es realmente entrañable y nostálgica la forma en que nos vuelven a llevar por la calle de Cherry Tree Lane, con todo y el capitán Boom disparando el cañón sincronizado con el Big Ben. La recreación de todo es igualita a la original, eso le da varios puntos a su favor. La película se sostiene con esas grandes actuaciones de sus protagonistas, de los adultos Banks, también de los niños; sin dejar de lado el alegre número en el que toma parte Meryl Streep (la prima Topsy) y el villano encarnado por Colin Firth.
El regreso de Mary Poppins tiene muchos más aciertos que desaciertos, y eso la hará una película sumamente disfrutable para aquellos que gustan de los musicales, con escenas que quedarán ahí para la posteridad. Destaca la unión de live action con animación, en donde vuelven los pingüinos meseros, pero ahora con la mano de Marshall nos involucran en un número musical que se acerca más al jazz. Esta película se debe ver en familia, y aquellos fans de Mary Poppins no deberán perdérsela y aplaudir lo que Blunt ha logrado con el personaje principal.
Disney cierra un buen año de producciones, pues Pantera Negra, Infinity War, Wifi Ralph y ahora El regreso de Mary Poppins se deben de contar entre las mejores películas del año y firmes candidatas a estar presentes en los tiempos de premios que se nos vienen. Este musical fue su última carta, y aunque las expectativas eran más de incógnita, al final nos han entregado una magnífica producción. Una película de esas que ponen de buenas y hacen salir con una sonrisa del cine.
¡Para descubrir más planes en tu ciudad! Descarga Plans App.
