Como cada otoño, la colonia Americana se reinventa con la feria de arte, WIT: un evento que dinamiza y alienta a las más diversas esferas creativas que convergen en Guadalajara.
El objetivo de ser una plataforma multidisciplinar sigue vigente y se reafirma con cada edición que ofrece un remanso para aquellos tapatíos y transeúntes que quieren llenarse ávidamente de las distintas disciplinas escénicas, plásticas, de diseño, musicales y demás ámbitos del arte.
Mercado de arte
Lo cierto es que edición con edición, los replanteamientos en cuanto a los alcances y reconocimientos de las esferas estéticas se vuelven moldeables procurando siempre evitar ser oblicuos. Y son sobre estos comentarios de lo que se considera digno de apreciar que WIT ha hecho diferentes acercamientos para modular y resignificar aquello que consideramos apreciable, coleccionable y digno de adquirir: desde las artes decorativas hasta las propuestas más novedosas en cuanto a diseño o arte popular.
En esta ocasión y obedeciendo al carácter dialógico de la feria, la galería central del hotel Demetria exhibirá el trabajo de Porfirio Bautista, uno de los mayores expositores en el diseño contemporáneo de tejidos en México. Sus textiles, como bien han documentado diversos antropólogos del textil mexicano, “emborrachan la vista”, dicho común entre las artesanas oaxaqueñas cuyas manos han tejido una tradición estilística a la que responden Bautista y su legado. Con sus diseños, las y los tejedores oaxaqueños dan voz a las historias de los entornos, los mitos, las vidas cotidianas y los rituales sociales del istmo mexicano, transformándolos a la vez en poesía que se expresa en hilos entrelazados. Aunado a esto, el trabajo plástico de Porfirio logra conjugar la pintura con el textil, concibiendo piezas exquisitas que se han vuelto un referente imprescindible para la historia y la cultura zapoteca.
Exposición de arte contemporáneo, UN-M2
Por otro lado, entre los múltiples eventos que rodean a la feria, las artes escénicas cobran un papel relevante en esta edición con dos presentaciones estelares: La noche que nunca existió, protagonizada por Ofelia Medina, y Buenas personas, donde Arcelia Ramírez y Odiseo Bichir derrochan el talento actoral que engrandece a México.
Asimismo, Un Metro Cuadrado —exposición de arte contemporáneo tapatío—, las muestras de arte decorativo y popular, el salón Don Julio y el mercado de arte hacen que el fin de semana de WIT no pierda ni un ápice de efervescencia creativa. Junto con un Pabellón Lineal en la entrada de la Casa Quiñones (obra cumbre de Pedro Castellanos), donde se exhibe lo mejor de la ilustración tapatía.
Pabellón Lineal, con lo mejor de la ilustración tapatía
Además y como fortaleza caleidoscópica, la escena musical estará cubierta por el recital del artista sueco, Jay-Jay Johanson y los ecos de reflexión académica serán ampliados con las conferencias las curadoras Gabriela Etchegaray (de la Bienal de Arquitectura de Venecia) y Mónica Espinel (curadora independiente residida en Nueva York).
Es importante recordar que la riqueza arquitectónica —híbrida pero consistente, arriesgada pero respetuosa— del hotel Demetria y sus alrededores vuelven a llenarse de la vitalidad colectiva de aquellos que disfrutan apropiarse del espacio público para hacer comunidad. Y es que como se ha planteado en ediciones anteriores, la feria de arte, WIT, tiene entre sus principales objetivos aportar a la construcción de una nueva identidad social en Guadalajara, en la que los sentires y narraciones de sus habitantes consideren esta encrucijada de talentos como un hecho memorable de los días que corren.
