En la FIL, el día siguiente de la Venta Nocturna (después de compras desenfrenadas, descuentos atractivos y el caminar entre el gentío), hay una especie de resaca que se respira en el ambiente. Lectores, vendedores, editores y periodistas se mentalizan que lo fuerte ya pasó y la energía (y la cartera) se ha agotado. Pero la feria del libro, curiosamente, tiene el mejor remedio para la cruda: dos artistas famosos y reconocidos, y charlas todavía interesantes.
Pero primero lo primero: se hace llamar Liniers (Ricardo Siri) , es ilustrador y la mayoría lo reconoce por sus originales dibujos. Él recibió el homenaje de caricatura La Catrina a inicios de la tarde. El público tapatío sintió tanto cariño por él, que estudiantes lo rodearon con muñecos alusivos a su obra. Los aplausos y la emoción inundaron el auditorio Juan Rulfo.
Y si después de esto no se recuperaban los asistentes, por la noche hizo su aparición Gael García (a pesar de que estaba programado para un día entre semana) para presentar Chicuarotes, de Sexto Piso. Ante, de nuevo, un auditorio lleno (en donde reconoció que incluso su familia estaba presente y Liniers), se dedicó a hablar sobre la creación tanto del libro como de la película, la esperanza en la juventud y la necesidad de transformar el mundo en un lugar mejor.
Quien tuvo la oportunidad de asistir a este día, y en general a toda la FIL, pudo irse satisfecho.