Hace 33 años, un 7 de enero de 1986, murió Juan Rulfo. Este escritor jalisciense es, sin duda, uno de los referentes más significativos de la literatura castellana del siglo XX. Con Pedro Páramo y los cuentos de El llano en llamas millones de mexicanos (y latinoamericanos) de diversas generaciones, construimos poéticas para comprender el siglo XX mexicano. Un autor que supo poner palabras a las tensiones de una sociedad que se reorganizaba en un éxodo del campo a las ciudades y que encontró nuevos mitos alrededor de la muerte, las milpas y los llanos.
Sin embargo, el talento de Rulfo no se reducía a las letras y esto es algo que pocos conocen. El escritor fue un viajero constante y un apasionado de eso que llaman el México profundo. Estos trayectos fueron registrados por su cámara fotográfica, cuyas imágenes tienen un valor tremendo.
Juan Rulfo, Judas para el Sábado de Gloria, Ciudad de México, ca. 1950.
El acervo fotográfico de Rulfo se conforma de más de 6 mil negativos. Su trabajo como fotógrafo se remonta a inicios de la década de los cincuenta, una vez que publicó sus dos obras literarias cumbres.
Su talento como captador de imágenes fue reconocido por grandes artistas de la imagen como Cartier Bresson y hasta llegó a trabajar en cine, con directores como Roberto Gavaldón. Sus imágenes han sido expuestas en Guadalajara, en el Palacio Nacional de Bellas Artes y en el Museo Amparo de Puebla.
Juan Rulfo, Anciana sentada en el umbral de la casa de un pueblo, ca. 1950.
La Fundación Juan Rulfo ha hecho un trabajo importante para la conservación y difusión del trabajo fotográfico del jalisciense. También varios coleccionistas y autores han publicado libros al respecto.
Juan Rulfo, Músicos en Tlahuitoltepec, Oaxaca, 1956.
Juan Rulfo, Barda de adobe, Guadalajara, 1940.
Estas imágenes son un recurso valiosísimo para comprender el legado literario de Rulfo. Con ellas, nos podemos dar cuenta de cómo construyó sus universos narrativos y lo que observó para crear semejantes clásicos de la literatura mexicana. Con estas fotografías, tenemos una oportunidad excepcional de conocer el México que vio Rulfo con ojos propios.
