Antes que cualquier otra cosa debo hacer dos afirmaciones. Soy un gran fan de la obra literaria de Rafael Bernal y sí, yo también al igual que el detective Filiberto García, antes que cualquier otra cosa creo y le respondo al Atlas de Guadalajara.
Esta película nace como una nueva adaptación de la novela El complot mongol de Rafael Bernal, un escritor de novela negra mexicana que aquí entrega su obra más celebrada. La trama de espionaje nos presenta un supuesto complot que está naciendo del barrio chino, en el que se amenaza con que se intentará asesinar al presidente Kennedy en su próxima visita a México. Y será Filiberto García (atlista recalcitrante) el encargado de asumir las riendas para desenmarañar el misterio.
La verdad tengo un problema personal con el director Sebastián del Amo después de su película Cantinflas, la verdad la odié mucho, no lo puedo negar. Por eso me perturbaba el hecho de que destruyera la historia de uno de mis libros favoritos (¡claro que está en el top 5!).
La cosa es que iba con pocas, bajas, nulas expectativas, y al final, resultó ser una película que es toda una bocanada fresca para el cine mexicano comercial. La película fluye, se va armando como rompecabezas y se disfruta la presencia de cada personaje.
Esta película es todo un desfile de celebridades y ninguno se siente metido con calzador.
Damián Alcazar luce como el cínico detective, muy apegado a su perfil literario, enamoradizo, duro, valiente y sin pudor para sacar balazos sin preguntar antes.
Muchas risas se escuchan cuando uno escucha al actor Xavier López “Chabelo” sin utilizar su voz para saludar a los cuates de provincia o andar catafixeando cosas.
Eugenio Dérbez también tiene su rol, mi problema aquí es que a pesar de que anda en un papel completamente “serio”, por momento sus gesticulaciones y tono de voz hacen que te quieras reír, eso señores, eso se llama encasillarse.
Bárbara Mori interpreta a una china que viene huyendo de Mao, seductora, linda, su personaje hace que te enamores de las dos caras de la “Martita”.
Roberto Sosa (gran papel de un abogado que vive alcoholizado), Mara Escalante, Lisa Owen, Rodrigo Murray, complementan el brillante elenco. Aunque la puntada de Hugo Stiglitz es realmente hilarante, pues sí sale en la película, pero el director aprovechó para restregarle a Quentin Tarantino que él sí lo tuvo en su película y no nada más lo anduvo homenajeando (referencia directa para los que vieron Bastardos sin gloria). Por ahí se menciona el apellido Tarantino como un sospechoso, homenaje y bofetada con guante blanco a la vez, se agradece.
En general la película es de una manufactura impecable. Enredos, vueltas de tuerca que fluyen. Situaciones cómicas, que sin embargo, son tomadas con la seriedad adecuada. Las reuniones del espía gringo, el ruso y el mexicano, son de verdad sobresalientes. La fotografía es extraordinaria, las caracterizaciones y actuaciones buenas. La película cumple.
Esta es una película mexicana que le aplaudo por dos cosas: que se arriesga y no se mete en los temas de siempre, se va más por la más fantasía, el espionaje e intriga internacional. No es una comedia boba y simplona, tampoco el drama desgarrador que busca evidenciar nuestras deficiencias como país.
Esto es entretenimiento puro y bien hecho. Se agradece estas apuestas. Aunque eso sí dejo en claro, no, no le llega a la gran obra de Bernal. Se queda en un buen intento, es una buena película y tal vez envejezca bien gracias a su multi cast.
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