El ángel de la muerte

¿? De vez en cuando la cartelera comercial de cine necesita algo de frescura. Y aquí está una clara muestra con esta cinta argentina (preseleccionada para representar a Argentina en el Oscar), la cual se centra en la historia de Carlitos, un joven que decidió hacer de delinquir su profesión.

Acusado de múltiples atracos, y más de 11 asesinatos, este hombre con “cara de mujer”, pelo chino y rubio, fue en su momento un golpe mediático en los medios, y es hoy el hombre con más años preso en Buenos Aires, pues sigue cumpliendo sentencia, hasta ahora lleva 45 años tras las rejas.

Sí, esta es una historia basada en hechos reales. Pero para los que buscan el lado humano, de las motivaciones detrás de actos tan espantosos, será mejor que busquen en otro lado. Esta es una película que raya en el cinismo, llena de humor negro y que se centra en un personaje que por momentos no comprendemos, simplemente lo vemos cometer con mucha desfachatez sus actos delictivos.

La cinta cuenta con actuaciones brillantes, con un ritmo frenético que sabe enfrentarse en un mano a mano al drama barato; aquí prefieren hacerte reír, a pesar de que dentro de ti sepas que eso está mal. Es provocadora, sensual y nos muestra a un joven que siempre supo que se iba a dedicar a robar, pues es lo que se le daba y no tenía tiempo para pensar en otra cosa.

La sucesión de escenas son de una manufactura bella, la recreación de los setenta en Argentina es impecable. Tiene esa parte del país militarizado y el odio en contra de la represión; pero también el miedo y el respeto por el orden fulminante. Eso no priva que Carlitos, nuestro antihéroe, sea un rebelde que decidió plantar cara a todo esto.

Carlitos es simplemente alguien que vive la vida al momento, con pausa, con muy buena puntería con el revólver y un talento natural para robar cosas.

Su relación con Ramón, su compañero de asalto se va tornando en algo más que una sociedad. Un amor imposible, un amor no correspondido y confuso, que sólo los lleva a la destrucción.

Tampoco sabremos qué piensa del amor, es alguien que tiene novia, pero está enamorado de Ramón. Su sexualidad está en predicamento y de ahí es justo de donde se agarran para juzgarlo como un criminal insólito. Así es, Carlitos no entra en el arquetipo que la sociedad de los años setenta tenía realizada para un criminal. No es feo, al contrario tiene una belleza inocente y angelical. Es rubio y con piel de leche. No le gustan las mujeres, a este le llaman más la atención los hombres.

El humor no es para cualquiera, advierto, pero realmente es hilarante y sumamente entretenido. Déjate llevar. Una mención de honor a su extraordinario soundtrack de rock setentero en español. Realmente quieres pararte y bailar junto a los protagonistas a medio cine. Al final estás viviendo, detente y disfruta del momento.