Si tuviéramos que hacer una lista de los artistas plásticos imprescindibles para comprender el arte del siglo XX, sin duda uno de los lugares protagónicos lo ocuparía Salvador Dalí.
Reconocido por sus aportes al surrealismo en todas las disciplinas, el pintor catalán se ha ganado un lugar en el fervor popular en todo el mundo. Hoy, parte de sus obras, se presentan en el Palacio de la Cultura y los Congresos (PALCCO), frente al Trompo Mágico en Zapopan.
La curaduría de la muestra se divide en cuatro etapas que abarcan trabajos que Dalí firmó entre 1921 y 1974.
La primera sala, “Del surrealismo al misticismo”, nos muestra varias obras que marcaron esa personalidad etérea y excéntrica que rondó siempre el aura del pintor.
En esta parte, puedes apreciar cómo las dudas religiosas estuvieron siempre presentes en la trayectoria de Dalí: una disputa constante por entender la dimensión profunda de la vida que viraba entre la ciencia, la religión y lo metafísico.
Aquí encontrarás la pieza Suspended Church [Iglesia suspendida] de 1959, un ejercicio de perspectiva y juegos geométricos que a la vez, reflexiona sobre la conexión entre el arte y la espiritualidad.
Con un claro homenaje a Gaudí —una de las referencias estilísticas más evidentes de Dalí y cercanas temporal y estéticamente—, la obra abre la posibilidad de imaginar las rupturas físicas del mundo para encontrar símbolos que solo el arte y la religión pueden acceder. Esta es, sin duda, una de las piezas más interesantes de la muestra.
En la segunda parte de la exhibición, bajo el título “De regreso a la tradición”, se observan algunas piezas que nos remiten a los orígenes culturales y simbólicos de la vida del pintor. Referencias a su natal Figueras, en Cataluña, así como a sus principales inspiraciones artísticas: Goya, Velázquez, DaVinci.
En la tercera sala, “El renacimiento y el regreso a Europa”, vemos piezas que remiten a un Dalí más maduro y reencontrado con su pasado, una biografía que se exprime en cada una de sus piezas.
Y en la última parte, “De la conversión a la Inmortalidad”, observamos al Dalí más místico, aquel que murió y revivió en vida para encontrar en el arte la trascendencia de su persona. Con una recapitulación de sus Diez recetas para la inmortalidad, la curaduría nos recuerda cómo para el catalán la vida no se podía entender sin la armonía de la ciencia, el arte y la espiritualidad: «Nada es más monárquico que una molécula de ADN».
Las colecciones que se encuentran en esta exposición son propiedad de coleccionistas privados de Europa y Estados Unidos, destacando la obra de Tomeu D’amo, con su título El Nacimiento Intrauterino.
La curaduría de dicha exposición pertenece a Nicolas Descharnes, el hombre más calificado en lo que a Dalí respecta, siendo hoy el referente mundial para las grandes casas de subastas en certificación de autenticidad de obras, quien a su vez posee el archivo más completo de las obras de Dalí.
También se cuenta con dos óleos importantes; uno es la primera obra surrealista de Dalí del año 1929, donde se manifiesta la mayoría de la simbología que utilizará el pintor en los años subsiguientes. Y está en contraposición con la obra modernista del homenaje a Marylin Monroe, donde juega con la imagen de ella y la cabeza Mao Tse Tung.
Dónde: Palcco
Cuándo: del 26 septiembre al 21 de octubre
Costo: $180 pesos
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