El equipo más grande de México, en el peor momento de su historia, debe retomar su camino. Esta es la historia del Guadalajara de 2017 que salió del descenso para emerger y ser campeones del futbol mexicano.
Documentales de futbol se han hecho miles y miles por todo el mundo. En México, esta práctica no es tan común, pero se ha realizado con cierto éxito como aquel que lleva por título, Ilusión nacional, y que es una cachetada con guante blanco a los amantes del balompié, pues se muestra a la selección mexicana como un equipo que siempre va y fracasa, con muy pocas excepciones.
Y ahora ha llegado el turno del equipo más popular de México. Chivas, un club de futbol que trasciende fronteras y que en Guadalajara solo tienes dos opciones: o lo amas o lo odias, no hay medias tintas con los tapatíos. Este equipo goza de popularidad debido a que su filosofía siempre ha sido jugar solamente con puros mexicanos, lo que lo hace más cercano al pueblo.
Chivas, un club de futbol que trasciende fronteras.
Chivas, la película es un documental que nació siendo algo que terminó siendo otra cosa. Me explico. Los directores de este film son Rubén Bañuelos e Iván López Barba, quienes hace dos años y medio llegaron para comenzar a grabar el diario del equipo. Aquí vale la pena destacar que son tomas muy profesionales, que harán que el espectador realmente se sienta en el vestidor o en los entrenamientos al lado de los jugadores. Su llegada fue a la par de una de las peores crisis que ha vivido el Rebaño, y es que estaban peleando por no descender y la crisis repercutía en muchos aspectos.
No es secreto que cuando Chivas no va bien, mucha gente se pone triste y dicen que la producción del país baja. Así de importante es el futbol, que siempre será “lo más importante de las cosas menos importantes”.
La película es un viaje de superación, uno en el que a través de los ojos de un equipo de futbol se van sorteando problemas y todo va viendo la luz. En un inicio esto nació como un proyecto para contar las horas bajas del equipo más popular, pero todo termina en una historia de éxito con el Guadalajara levantado el trofeo de campeón.
Debo admitir que soy del lado que no simpatiza en lo más mínimo con Chivas, por lo tanto al saber de la existencia de una película documental basada en su historia de éxito ni remotamente llamó mi atención. Y es que lo primero que se viene a la mente son cosas tipo: qué flojera, qué “chafa” ver algo sobre cómo Chivas queda campeón… Por azares del destino terminé viéndola, y debo admitir que hay muchas cosas que me sorprendieron, y peor aún (para mí) me divirtió y entretuvo. Tiene algunos altibajos, pero al final debo aceptar que es una cinta bien lograda y bien contada.
Carlos Salcido habla sobre el porqué se hizo jugador profesional.
Para empezar, las tomas son realmente buenas; se meten a la intimidad del equipo, conoces su sentido del humor, enojos y frustraciones… Algunas historias y declaraciones que te dejarán pasmado, como la de Carlos Salcido hablando sobre el porqué se hizo jugador profesional o las charlas motivacionales de Matías Almeyda, harán que te sumerjas en una historia de futbol. Una historia que también habla del sacrificio de ese al que le aplaudes o abucheas cada fin de semana, de lo que implica dedicarse al futbol y cómo la frustración por una mala racha los puede llegar a confrontar.
La cinta tiene tres pilares que van guiando la historia: el técnico Matías Almeyda, el capitán Carlos Salcido y la repartición de diálogos de Edwin Hernández, Alan Pulido y Rodolfo Pizarro. Sobre ellos se construye este documental que termina por ser una película que puede gustar y convencer incluso a aquellos que no les gusta el futbol. Es un retrato humano de personajes luchando por cumplir su sueño, enfrentando un reto principal que son los extranjeros. Por lo que, al final, vemos a un grupo de mexicanos luchando contra las adversidades.
Chivas termina por ser campeón al vencer a los Tigres.
Es impecable y emotiva la forma en la que retratan la final en la que Chivas termina por ser campeón al vencer a los Tigres. Lo mejor es la forma en la que retratan al delantero francés André Gignac, lo hacen ver como todo un personaje villanesco salido de una película de súper héroes. También como alguien temible y que al ser extranjero domina en terreno a los nacionales. Esto se convierte en una batalla bien librada y que puede contener toques épicos.
Tal vez no sea la película documental que llegó y cambió el mundo, justo como la quieren vender; pero es cumplidora, de una buena manufactura y bien lograda. Vale más la pena verla si eres aficionado de Chivas; si no puede que pases un rato ameno entre algunas bromas y comentarios.
El punto que me parece le falta, es que la afición se siente olvidada, no se le retrata y al final el futbol existe gracias a ellos: a los seguidores que cada semana están apoyando a los suyos.
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