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Cine y Teatro

Análisis Mujercitas: ser mujer y ser artista

Para las Mujercitas, casarse era la única opción de ser útil para la sociedad, aún si ese no era su más grande sueño…


Meg (Emma Watson), Amy (Florence Pugh), Jo (Saoirse Ronan) y la pequeña Beth (Eliza Scanlen).

La película de Mujercitas inicia con Jo March, la segunda de cuatro hermanas jóvenes, avanzando a paso seguro sobre la oficina de un periódico para vender una historia suya a un editor. En esa primera escena se nos representa una relación de poder entre dos elementos: al juez que decide qué puede venderse en lo que una mujer cuenta y Jo, una voz que no se quiere callar a pesar de llevar todo en contra.

Ser mujer y ser artista es también el tema en el que gira la película, pues nos cuenta la historia de la familia March: cuatro hermanas, una madre todopoderosa, una nana y el padre ausente por la guerra. Cada una de las hermanas tiene talentos artísticos muy específicos: Meg actúa, Jo escribe, Amy pinta y Beth toca el piano.

Meg y Amy (agachadas) representando una obra de teatro que escribió Jo (de pie).

La película se desarrolla en el contexto de la Guerra Civil de Estados Unidos, suceso que se originó debido a las posturas extremas sobre la abolición de la esclavitud y el daño a la economía que esta representaba. Por ende, la pobreza y el esfuerzo para evitarla es una constante a lo largo de la historia.

Si nos situamos en esta época podemos percibir que la opinión, las ganas de tomar decisiones y los talentos que puedan tener las mujeres, no eran de interés común, ni siquiera era comprensible que pudieran tener una vida satisfactoria más allá de las buenas costumbres y el matrimonio; es decir, según la manera en la que Louisa May Alcott (autora de la novela publicada en 1868) nos narra la historia y en la que Greta Gerwig (directora del filme recién estrenado) la traslada a la pantalla grande, podría decirse que alcanzar el amor romántico es la aspiración principal y casi única de la mujer, en pocas palabras: es lo que vende, según la sociedad. 

“No puedo creer que la infancia haya terminado”
Jo lamentándose el día de la boda de Meg.

(ALERTA SPOILER)

Por lo que partiendo de esta estructura, a pesar de que las hermanas March tienen un talento sobresaliente en el arte de su interés, Meg abandona su sueño de ser actriz para casarse, Amy no puede triunfar en la pintura porque está mal visto que la alumna supere al maestro y entonces debe casarse y Jo tiene que modificar su novela para darle a su protagonista mujer un “final feliz” en matrimonio con el único hombre que despreció su trabajo sin una explicación.

(FIN DE SPOILER)

Traducción: “Solo soy una mujer y como mujer, no hay manera de ganarme la vida o de ayudar a mi familia, y si lo tuviera, que no lo tengo, ese dinero pertenecería a mi marido en el momento que nos casáramos, y si tenemos hijos serían de su propiedad, así que no te sientes y me digas que el matrimonio no es una propuesta económica, porque lo es. Puede que no lo sea para ti, pero ciertamente lo es para mí.”

En resumen, la película de Mujercitas es también una invitación a cuestionar la educación emocional que las mujeres hemos recibido a través del tiempo, en la cual, se nos ha visto limitadas para descubrir nuestra autonomía en el mundo, no sólo de las artes, sino en cualquier otra disciplina y aunque esta situación se ha visibilizado cada vez más y se erradica paulatinamente, no se deja de lado el estereotipo del amor como la aspiración principal, como menciona Jo en una escena clave casi al final de la película:

“Las mujeres tienen mentes y tienen almas, además de corazones, tienen talento y belleza y estoy harta de que la gente diga que el amor es para lo que una mujer es perfecta. Estoy harta de eso… pero estoy tan sola”.

Saoirse Ronan es Jo March en Mujercitas (2019)

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